Parashá No.27 - Tazria / Concebir
Vaykrá / Y Llamó / Levítico 12: 1 - 13: 59
12 1 YAHWEH dijo a Moshe: 2 "Dile al pueblo de Israel: 'Si una mujer concibe y da a luz un niño, estará ella inmunda por siete días con la misma inmundicia como en niddah, cuando ella está teniendo su período mensual.
Naamán El Leproso
Por el Rab. Ntanel Gomescásseres
La parashá nos enseña acerca de la lepra y como deben ser tratadas las personas o cosas que han contraído esa enfermedad.
Pero como ha sido costumbre en los últimos comentarios, en esta ocasión también nos vamos a dedicar a estudiar un poco acerca de la Haftaráh correspondiente a esta Parashá.
La encontramos en Melajím Bet / 2 Reyes 4: 42 - 5: 19
42 Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Elohim primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo Elishá: «Dáselo a la gente para que coman.»
43 Su servidor dijo: «¿Cómo voy a dar esto a cien hombres?» Él dijo: «Dáselo a la gente para que coman, porque así dice Yahwéh: Comerán y sobrará.»
44 Se lo dio, comieron y dejaron de sobra, según la palabra de Yahwéh.
Melajím Bet / 2 Reyes 5:
1 Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era hombre muy estimado y favorecido por su señor, porque por su medio había dado Yahwéh la victoria a Aram. Este hombre era poderoso, pero tenía lepra.
2 Habiendo salido algunas bandas de arameos, trajeron de la tierra de Israel una muchachita que se quedó al servicio de la mujer de Naamán.
3 Dijo ella a su señora: «Ah, si mi señor pudiera presentarse al profeta que hay en Samaria, pues le curaría de su lepra.»
4 Fue él y se lo manifestó a su señor diciendo: «Esto y esto ha dicho la muchacha israelita.»
5 Dijo el rey de Aram: «Anda y vete; yo enviaré una carta al rey de Israel. » Fue y tomó en su mano diez talentos de plata, 6.000 siclos de oro y diez vestidos nuevos.
6 Llevó al rey de Israel la carta que decía: «Con la presente, te envío a mi siervo Naamán, para que le cures de su lepra.»
7 Al leer la carta el rey de Israel, desgarró sus vestidos diciendo: «¿Acaso soy yo Yahwéh para dar muerte y vida, pues éste me manda a que cure a un hombre de su lepra? Reconoced y ved que me busca querella. »
8 Cuando Elishá, el hombre de Elohim, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: «¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel. »
9 Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la entrada de la casa de Elishá.
10 Elishá envió un mensajero a decirle: «Vete y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se te volverá limpia.»
11 Se irritó Naamán y se marchaba diciendo: «Yo que había dicho: ¡Seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Yahwéh su Elohim, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra!
12 ¿Acaso el Abaná y el Farfar, ríos de Damasco, no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos para quedar limpio? » Y, dando la vuelta, partió encolerizado.
13 Se acercaron sus servidores, le hablaron y le dijeron: «Padre mío; si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil ¿es que no la hubieras hecho? ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio! »
14 Bajó, pues, y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del hombre de Elohim, y su carne se tornó como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.
15 Se volvió al hombre de Elohim, él y todo su acompañamiento, llegó, se detuvo ante él y dijo: «Ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro Elohim que el de Israel. Así pues, recibe un presente de tu siervo. »
16 Pero él dijo: «Vive Yahwéh a quien sirvo, que no lo aceptaré»; le insistió para que lo recibiera, pero no quiso.
17 Dijo Naamán: «Ya que no, que se dé a tu siervo, de esta tierra, la carga de dos mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a Yahwéh.
18 Que Yahwéh dispense a su siervo por tener que postrarse en el templo de Rimmón cuando mi señor entre en el templo para adorar allí, apoyado en mi brazo; que Yahwéh dispense a tu siervo por ello. »
19 El le dijo: «Vete en paz.» Y se alejó de él una cierta distancia.
Esta es una historia bastante conocida por casi todos nosotros.
Seguramente muchas predicaciones hemos escuchado acerca de esta porción.
Pero creo profundamente en que hemos crecido espiritualmente desde la última vez que estudiamos este texto.
La Palabra del Eterno no cambia, pero nosotros si.
Las enseñanzas que El Eterno nos ha dado al respecto han podido ser muchas.
Pero gracias a Su bondad y misericordia Él siempre tiene para nosotros comida caliente y fresca.
Y hoy El Eterno quiere que aprendamos del comportamiento de varios de los personajes que hacen parte del relato que nos ocupa.
Cuando aprendamos la lección que El Eterno nos quiere dar, entonces podemos entender mejor a muchas personas que nos rodean.
Y también podemos saber como aplicar en nuestra vida esta enseñanza.
Primero que todo veamos el cambio en muchos aspectos de la vida de Naamán:
42 Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Elohim primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga ; y dijo Elishá: «Dáselo a la gente para que coman.»
Naamán llegó con una ofrenda muy sencilla, some panes y granos de cebada.
Acordémonos que la ofrenda según las Sagradas Escrituras van de acuerdo al corazón de cada persona.
Esto sucedió mientras él era un leproso aún.
Pero miremos como cambiaron las cosas cuando ya fue sanado de su lepra:
14 Bajó, pues, y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del hombre de Elohim, y su carne se tornó como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.
15 Se volvió al hombre de Elohim, él y todo su acompañamiento, llegó, se detuvo ante él y dijo: « Ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro Elohim que el de Israel. Así pues, recibe un presente de tu siervo . »
16 Pero él dijo: «Vive Yahwéh a quien sirvo, que no lo aceptaré»; le insistió para que lo recibiera, pero no quiso.
Se oyen quejas en muchas comunidades, de que los miembros no dan lo suficiente.
Y en esta porción de las escrituras, nos podemos dar cuenta de una de las razones.
Cuando la gente no ve la mano del Eterno sobre su vida, le entran dudas.
Elohim estará aquí?
Y entonces no da lo que tiene que dar.
La semana estudiábamos acerca de cuales pasados podrían ser las causas por las cuales no se ve la mano del Eterno en la vida de una persona.
Y entre las conclusiones que sacábamos era que la culpa muchas veces no era de la comunidad en si.
Sino que era una cuestión personal de cada uno con El Eterno.
Pero la función de nosotros los lideres es la de llevar a cabo a los miembros de nuestras comunidades a esa dimensión sobrenatural donde se ve la mano del Eterno en sus vidas.
Ese día darán lo que tienen que dar.
Ahora dejemos a Naamán tranquilo por un momento, y miremos la actitud de Elishá.
42 Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Elohim primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo Elishá: « Dáselo a la gente para que coman .»
43 Su servidor dijo: «¿Cómo voy a dar esto a cien hombres?» Él dijo: « Dáselo a la gente para que coman, porque así dice Yahwéh: Comerán y sobrará .»
44 Se lo dio, comieron y dejaron de sobra, según la palabra de Yahwéh.
Vemos aquí que la pequeña ofrenda fue recibida por Elishá.
Yahwéh le ordenó que la recibiera.
Y esa ofrenda fue de bendición.
Los panes alcanzaron para todos y aún sobró.
Lo poco en las manos del Eterno es mucho.
Hace unas semanas en nuestra comunidad sucedió algo parecido.
Se necesita urgentemente una buena cantidad de dinero ($ 3'600.000 =) para atender un compromiso.
Se hizo el anuncio a la comunidad.
Y ese día solamente una persona se acercó para colaborar, ofrendó $ 4.000 =.
Pero esos $ 4.000 = eran los que El Eterno necesitan para que en muy pocos días pudiéramos cubrir la deuda.
Volviendo a Elishá, nos damos cuenta de algo muy curioso:
15 Se volvió al hombre de Elohim, él y todo su acompañamiento, llegó, se detuvo ante él y dijo: «Ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro Elohim que el de Israel. Así pues, recibe un presente de tu siervo. »
16 Pero él dijo: « Vive Yahwéh a quien sirvo, que no lo aceptaré»; le insistió para que lo recibiera, pero no quiso.
Cuando llegó la hora de la ofrenda abundante, Elishá no la quiso aceptar.
Y nos preguntaremos todos ..... ¿Porqué?
Porqué una si y la otra no?
Tratemos de encontrar las razones.
Elishá de pronto se dio cuenta que con la ofrenda pequeña Naamán no estaba tratando de comprar nada.
Ni de impresionar a nadie.
Era una ofrenda pequeña, pero sincera.
Por eso Elishá la aceptó gustoso.
Después de la sanidad, Naamán quiso pagar lo que Elohim había hecho.
Y eso ni Elohim ni Elishá lo podía aceptar.
Si Naamán hubiera preguntado: Gracias por la sanidad ..... Cuanto se le debe?
Y si Elishá hubiera contestado: Espera y miro la lista de precios .......
Sanidad de lepra ........... son $ 50 millones .......
Seguramente Naamán los hubiera pagado gustosamente y chau.
Mas nunca se hubiera sabido de él.
Algo que impactó a Naamán fue el hecho de que no le aceptaron la ofrenda para pagar por lo que Elohim había hecho en su vida.
Naamán se dio cuenta que a él no lo ayudaron por interés en sus posesiones.
La lección quedó tan clara para él, que él resultó pidiendo que le dieran a él.
17 Dijo Naamán: «Ya que no, que se dé a tu siervo, de esta tierra, la carga de dos mulos , porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a Yahwéh.
Ese Elohim desinteresado llamó mucho la atención de Naamán.
"Porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a Yahwéh".
La imagen que se llevó Naamán del Eterno, es la misma que se llevan los que nos visitan hoy en día?
Atendemos igual al humilde que al potentado?
Aquí hay enseñanzas para todos.
Para nosotros los lideres.
Para los miembros de las comunidades.
Para los que están llegando.
Pero antes de terminar, bueno poder darnos cuenta de algo, que nunca antes en los diversos estudios que hemos hecho de este pasaje, nos habíamos percatado.
Si miramos a vuelo de pájaro, los personajes principales de la historia son:
Yahwéh , que utilizó a Su siervo Elishá para sanar a Naamán.
Pero se nos olvida una persona, que sin la cual nada de lo que sucedió hubiera sucedido.
Esta persona pasa sin pena ni gloria por el relato.
Es mas, ni siquiera conocemos su nombre.
1 Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era hombre muy estimado y favorecido por su señor, porque por su medio había dado Yahwéh la victoria a Aram. Este hombre era poderoso, pero tenía lepra.
2 Habiendo salido algunas bandas de arameos, trajeron de la tierra de Israel una muchachita que se quedó al servicio de la mujer de Naamán.
3 Dijo ella a su señora: «Ah, si mi señor pudiera presentarse al profeta que hay en Samaria, pues le curaría de su lepra.»
4 Fue él y se lo manifestó a su señor diciendo: «Esto y esto ha dicho la muchacha israelita .»
Ya saben de quien estoy hablando.
De una muchachita.
De una muchacha israelita.
Esa muchacha israelita que tuvo misericordia de un enfermo como Naamán.
Ella sabía donde estaba la solución al problema.
3 Dijo ella a su señora: «Ah, si mi señor pudiera presentarse al profeta que hay en Samaria, pues le curaría de su lepra.»
Ella no tuvo miedo al ridículo.
Ella sabía en quien había creído.
Aunque ella estaba de esclava en la casa de Naamán.
Ella sabía que su esclavitud con toda seguridad tenía un propósito.
No se amilanó ante la supuesta adversidad.
Y sirvió de puente para la salvación de toda una familia y quien sabe de cuantos mas.
Lo que esa muchachita hizo lo estamos recordando 2800 años después.
Cuantos Naamanes hay a nuestro alrededor?
Cuantas familias que no saben donde está la solución a sus problemas?
La parashá de esta semana, nos habla de la lepra.
Hoy hay muchos tipos de “lepras” que están acabando con este mundo que nos rodea.
La muchachita israelita conocía a Elishá.
Sabía que él tenía solución.
Y adonde él, los mandó.
Saben que significa el nombre Elishá?
Elohim Es Salvación.
Nosotros conocemos a Yashúa.
Saben que significa el nombre Yashúa?
Yahwéh Es Salvación.
Coincidencia?
No creemos en ellas.
Es la manera como Elohim trabaja siempre.
Él Es El mismo ayer, hoy y por los siglos.
Yashúa está esperando que guiemos a las personas hacía Él.
Para Él nada es imposible.
Matitiahu / Mat. 8
1 Cuando Yashúa bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre.
2 En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Adón, si quieres puedes limpiarme . »
3 Él extendió la mano, le tocó y dijo: « Quiero, queda limpio .» Y al instante quedó limpio de su lepra .
Lo que nosotros hagamos hoy será recordado en el cielo por la eternidad.
Shabat Shalom.
Rab. Ntanel Gomescásseres
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