Parashá No.16 – Beshaláj / Y envió
Shemót / Nombres / Éxodo 13 : 17 – 17 : 16
13:17 Y sucedió que cuando el Faraón hubo enviado al pueblo, no los guió Elohim por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era el más próximo, pues dijo Elohim: No sea que se arrepienta el pueblo al ver la guerra y se vuelva a Egipto.
Como combatir el Mal
Por el Rab. Ntanel Gomescásseres
En esta ocasión vamos a comenzar el estudio de la parashá / porción como buenos judíos.
De atrás para adelante.
Nos vamos a centrar en el ultimo párrafo, cuando la Toráh nos relata lo sucedido entre Israel y Amalék.
8 Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim.
9 Moshé dijo a Yehoshúa: «Elígete algunos hombres, y sal mañana a combatir contra Amalék. Yo me pondré en la cima del monte, con el cayado de Elohim en mi mano.»
10 Yehoshúa cumplió las órdenes de Moshé, y salió a combatir contra Amalék. Mientras tanto, Moshé, Aarón y Jur subieron a la cima del monte.
11 Y sucedió que, mientras Moshé tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalék.
12 Se le cansaron las manos a Moshé, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; él se sentó sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían las manos, uno a un lado y otro al otro. Y así resistieron sus manos hasta la puesta del sol.
13 Yehoshúa derrotó a Amalék y a su pueblo a filo de espada.
14 Yahwéh dijo Moshé: «Escribe esto en un libro para que sirva de recuerdo, y haz saber a Yehoshúa que yo borraré por completo la memoria de Amalék de debajo de los cielos.»
15 Después edificó Moshé un altar, al que puso por nombre Yahwéh Nissí
16 diciendo: «La bandera de Yahwéh en la mano; Yahwéh está en guerra con Amalék de generación en generación.»
La eterna lucha entre el bien y el mal.
En cada generación hay un representante de Moshé: Israel.
En cada generación también hay un representante de Amalék.
Recordemos un poco la historia:
Herodes.....Antioco Epifanes......el imperio romano.........el imperio persa...........el imperio egipcio........Hitler..........Husseim.......Irán............los palestinos......etc...etc..
Porqué Israel siempre metido en tantos problemas?
Porque el medio que El Eterno utiliza para pelear contra el mal, es Israel.
“Yahwéh está en guerra con Amalék de generación en generación.»
Hasta la palabra A-mal- ék nos dice mucho.
Si nosotros somos ese ejercito que El Eterno utiliza para combatir el MAL, debemos saber como hacerlo.
Debemos saber como atacarlo.
Y para saber como atacarlo, debemos conocerlo.
Debemos saber de donde salió.
En esta semana recibí un mail de una coterránea mía, Andrea.
Lo que parecía un mail intrascendente, cayó como anillo al dedo, porque en ese mail se trata el conflicto entre el bien y el mal.
Y se los voy a transcribir:
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Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta:
“Elohim creó todo lo que existe?”
Un estudiante contestó valiente: “Si, lo hizo.”
“Elohim creó todo?” Preguntó nuevamente el profesor.
“Si señor”, respondió el joven.
El profesor contestó, “si Elohim creó todo, entonces Elohim hizo el mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Elohim es malo”
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez mas que la fe era un mito.
Otro estudiante levantó su mano y dijo:
“Puedo hacer una pregunta, profesor?”
“Por supuesto”, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó:
“Profesor, existe el frío?”
“Que pregunta es esa?. Por supuesto que existe, acaso usted no ha tenido frío?”
El muchacho respondió:
“De hecho señor, el frió no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía, el cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes incapaces de reaccionar, pero el frío no existe, hemos creado ese termino para describir como nos sentimos si no tenemos calor.”
“Y existe la oscuridad?”, continuó el estudiante.
El profesor respondió: “Por supuesto que existe”.
El estudiantes contestó:
“Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no. Existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad, no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Como puede saber cuan oscuro está un espacio determinado?. Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así?. Oscuridad es un termino que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.”
Finalmente el joven le preguntó al profesor: “Señor, existe el mal?”
El profesor respondió:
“Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.”
A lo que el estudiante respondió:
“El mal no existe, señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Elohim, es, al igual que los casos anteriores, un termino que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Elohim.
Elohim no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Elohim presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.”
Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado.
El joven, era un judío que se llamaba Albert Einstein.....
Ten a Elohim presente en tu corazón.
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Interesante, cierto?
Bastante interesante, sobre todo cuando queremos vencer el mal que hay en cada uno de nosotros.
Romaniím / Rom. 7 :
15 Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco.
16 Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Toráh en que es buena;
17 en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí.
18 Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo,
19 puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero.
20 Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.
21 Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.
22 Pues me complazco en la Toráh de Elohim según el hombre interior,
23 pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
Como podremos erradicar el mal de la tierra, si aún no podemos sacarlo de nosotros?
Para que el mal prospere, Amalék nos ha tendido una trampa.
Nos invita a que saquemos al Eterno de nuestra cotidianidad.
La trampa de los “amalequitas” de nuestro tiempo está en que hagamos distinción entre nuestra vida secular y nuestra vida espiritual.
Amalék quiere que mientras estemos en nuestras labores diarias, no nos acordemos del Eterno.
Amalék quiere que únicamente nos acordemos del Eterno, un ratito en la mañana, otro en la noche y también en Shabat.
Pero que en el resto del tiempo, nos dediquemos exclusivamente a lo secular.
Eso hará que siempre estemos “despreocupados” absorbiendo todo lo que el mundo a nuestro alrededor nos enseña.
No nos hemos dado cuenta que no hay diferencia entre lo secular y lo espiritual.
No nos hemos dado cuenta que todo lo que pasa a nuestro alrededor, tiene que ver con lo espiritual.
Es la constante lucha entre el bien y el mal.
Y si sacamos al Eterno de nuestra cotidianidad, perdemos la lucha.
El mal nos acosa, nos tienta y vienen las caídas.
En la porción que estamos estudiando se nos dice:
10 Yehoshúa cumplió las órdenes de Moshé, y salió a combatir contra Amalék. Mientras tanto, Moshé, Aarón y Jur subieron a la cima del monte.
11 Y sucedió que, mientras Moshé tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalék.
El pueblo podía creer que era una batalla como cualquier otra.
Pero Moshé no creía lo mismo.
El Eterno le había enseñado lo que a nosotros años mas tarde nos confirmaría:
Efesiím / Efe. 6 :
11 Revestios de las armas de Elohim para poder resistir a las acechanzas de ha-satán.
12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas.
13 Por eso, tomad las armas de Elohim, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes.
Moshé sabía que todo tiene un trasfondo espiritual.
Por eso Moshé metió al Eterno en la pelea.
Como? : Orando, levantando las manos al cielo.
“si Elohim es con nosotros....quien, contra nosotros?”
Ahora si podemos entender un pasúk / versículo corto pero muy conocido:
Tesalonikím Alef / 1 Tes. 5 : 17
“Orad sin cesar”
Que quiere decirnos El Eterno con ese pasúk?
Que tenemos que pasarnos de rodillas las 24 horas del día?
Porque eso sería lo que significa: SIN CESAR, Siempre.
Pero lo que Elohim nos quiere enseñar es que SIEMPRE lo tengamos presente.
Cada hora, cada minuto, cada segundo del día.
Que cada cosa que hagamos, seamos consientes que la hacemos para El Eterno.
Para qué?
Para que erradiquemos el mal de nuestra vida y así entonces poder colaborar para erradicar el mal de nuestra familia, de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestro país, etc....etc...
Es la única manera como Amalék, - que es un agente de ha-satán- nos dejará tranquilos.
Ya’akov / Stg. 4 :
7 Someteos, pues, a Elohim; resistid a ha-satán y él huirá de vosotros.
8 Acercaos a Elohim y Él se acercará a vosotros. Purificaos, pecadores, las manos; limpiad los corazones, hombres irresolutos.
Como someternos y acercarnos al Eterno?
En la cultura hebrea, esa cultura que El Eterno nos reveló en las Sagradas Escrituras, encontramos muchas herramientas para facilitarnos esa tarea.
Por ejemplo:
Los tzit tziót, los flecos que El Eterno ordenó que usáramos diariamente en las puntas de nuestros vestidos – Bemidbar / Num.15.- para que cuando los viéramos nos acordáramos que tenemos que cumplir Sus mandamientos.
Si hacen parte de nuestra indumentaria diaria, entonces a cada momento los vamos a ver y por lo tanto siempre vamos a tener presente al Eterno en nuestra vida.
La Kipá- que utilizamos sobre nuestra cabeza – para estar consientes que siempre, donde quiera que estemos, en el lugar que sea, siempre estamos en Su Presencia.
La Mezuzá –que todo judío coloca en las puertas de su casa- en obediencia al mandamiento de Devarim / Deut. 6 : 9 , y que cada vez que salimos o entramos la tocamos con la mano, nos llevamos los dedos a los labios y decimos : “que Tu Palabra esté siempre en mi boca”.
Muchos desprecian todas estas herramientas que El Eterno nos da.
Y las consecuencias no se demoran en aparecer:
Tibieza espiritual.
Mucha gente tendida en el camino.
Porque no hacen caso de las advertencias que El Eterno nos da en Su Palabra:
Kefa Alef / 1 Ped.5:
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Elohim para que, llegada la ocasión, os ensalce;
7 confiadle todas vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros.
8 Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, satán, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.
Meditemos acerca de todo esto y hagamos correctivos para que ayudemos a que el mal se vaya de nuestra vida.
Yashúa corroboró todo esto que estamos diciendo.
Cuando le preguntaron, cual es el principal mandamiento, el contestó en Yojanán Mordejai / Mar. 12 : 28 - 30 , lo que está escrito en:
Devarim / Deut. 6 :4-9
4 Escucha, (obedece lo que escuchas) Israel: Yahwéh nuestro Elohim es el único Elohim.
5 Amarás a Yahwéh tu Elohim con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
6 Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.
7 Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado;
8 las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos;
9 las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas.
Este es el famosísimo Shemá.
Ahora entendemos porqué repetimos está porción tres veces al día.
Shabat shalom.
Rab. Ntanel Gomescásseres
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