lunes, febrero 04, 2013

Asher Yatzar



Asher Yatzar


Dr. Kenneth M. Prager, MD.


PARA TODO UNA BENDICIÓN



Cuando era un estudiante de primaria es un Yeshiva (la escuela religiosa judía), mis compañeros de clase y yo encontrábamos divertido un cartel colocado justo afuera del baño.

Era una antigua bendición, llamada Asher Yatzar, que se suponía era recitada después que uno iba al baño.

Para los niños de la escuela primaria, no podía haber nada mas extraño o ridículo que relacionar los actos de micción y evacuación con palabras santas que mencionaran el nombre de Di-s.
Las bendiciones eran reservadas para las oraciones, durante los días santos, o para agradecer a Di-s por la comida, pero ciertamente no para una función corporal de ese tipo.

Esta bendición, fue compuesta por Abayei, un rabino babilónico del siglo IV, y se encuentra en el Talmud.

En la página 120 (Tratado de Berajot 60b) de ese antiguo texto está escrito:

“Abeyei dijo, cuando uno sale del baño debe decir: Bendito es Él quien ha formado con sabiduría al hombre y ha creado en él muchos orificios y muchas cavidades. Es obvio y conocido ante Su trono que si uno de ellos se abriera o uno de ellos se bloqueara, sería imposible para un hombre sobrevivir y estar de pie ante TI. Bendito eres Tú que sanas a todo ser de carne y haces maravillas.”

No fue hasta mi segundo año de en la escuela de medicina que empecé a entender lo apropiado de esta corta oración.

La cátedra de Fisiopatología me mostró las terribles consecuencias de incluso pequeñas distorsiones en la estructura y función del cuerpo humano.

Casi de inmediato, empecé a no tomar como un hecho la normalidad de mis idas al baño.

Y empecé a comprender cuantas cosas tenían que funcionar correctamente para que esas cortas interrupciones de mi rutina se dieran fácilmente.

Pensé en Abayei y su bendición, y, después de ver a pacientes cuyas vidas giraban alrededor de sus máquinas de diálisis, y otros con colostomías y catéteres urinarios, comprendí cuan sabio había sido el rabino.

Y entonces pasó: empecé a recitar la bendición de Abayei.

Al principio yo tenía que revisar mi Sidur, el libro de oración judío, cada vez.
Pero con las repeticiones, y hay muchas oportunidades para cualquiera para aprenderse esta bendición, pude recitarla de forma fluida, con sinceridad y entendimiento.

Durante años, recitar el Asher Yatzar ha sido una oportunidad para dar gracias no sólo por el funcionamiento apropiado de mis órganos de micción y evacuación, sino por mi salud general.

El texto, después de todo, se refiere a las consecuencias catastróficas de la ruptura  u obstrucción de cualquier estructura corporal, no solo de aquellas del tracto urinario o gastrointestinal.

Había un paciente inolvidable cuya historia reforzó la verdad y belleza del Asher Yatzar para siempre.

Josh, un estudiante de 20 años, tuvo una fractura de su tercera y cuarta vértebra cervical, en un choque de vehículo.

Estuvo a punto de morir y requirió de intubación de emergencia y de apoyo respiratorio.

Inicialmente estaba totalmente cuadripléjico.

Siguió un largo y difícil período de estabilización y rehabilitación.

Había señales prometedoras de recuperación neurológica durante los primeros meses que vinieron; de repente e inesperadamente: el movimiento de un dedo aquí, flexión de un dedo del pie allí, retorno de sensación aquí, flexión de un grupo del músculo allí.

Con increíble valor, trabajo duro, y un fisioterapeuta excelente, Josh mejoraba día a día.

Con el tiempo, y después de lo que parecía un milagro, él pudo comenzar a caminar despacio con unas muletas.

Pero Josh continuaba requiriendo de cateterización intermitente.

Yo conocía demasiado bien los problemas y peligros que este joven enfrentaría para el resto de su vida.

Los urólogos eran muy pesimistas sobre sus oportunidades de no requerir cateterización.

Ellos no habían visto nunca ocurrir eso después de una lesión de la médula espinal tan severa.

Entonces lo imposible pasó.

Yo estaba allí el día que Josh no requirió más del catéter urinario.

Pensé en la oración del Asher Yatzar de Abayei.

Imaginando que no podía haber un escenario más significativo para recitarla, le sugerí a Josh, quien también era un graduado de una Yeshiva, que la dijera.

Él estuvo de acuerdo.

Cuando recitó la antigua bendición, las lágrimas llenaron mis ojos.

Josh es mi hijo.


Dr. Kenneth M. Prager, MD.
(Journal of the American Medical Association)



Cada vez que la persona va al baño (en cualquier momento del día) debe hacer Netilat Yadaim (sin bendecir) y, tras secarse las manos, recitar la siguiente Berajá con la que alaba y agradece a Di-s por el correcto funcionamiento del sistema digestivo, urológico e intestinal.

Baruj Ata Ado-nai Elohenu melej haolam
Bendito eres tu Eterno, D-os nuestro, Rey del mundo,
Asher yatzar et hadam bejojma ubará bo
que creaste al hombre con sabiduría y formaste en él
Nekavim nekavim, jalulim jalulim, galui
orificios y Le dotaste de órganos, revelado
Veiadua lifne jise kevodeja sheik isatem
y sabido está frente a Tu glorioso trono,
Ejad mehem o im ipateaj ejad mehem
Señor que todos esos órganos y funciones que les has
asignado son necesarios para nuestra
existencia pues si se cierra uno de ellos
Yefshar lehitkaiem afilu shaa ejat.
o se abre uno de ellos no es posible
sobrevivir ni siquiera una hora.
Baruj Ata Ado-nai rofe jol basar umfil Laasot.
Bendito eres Tú oh Eterno que sanas a toda
criatura y haces maravillas.

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